miércoles, 6 de julio de 2016




Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, y todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que le había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo: "Quiero arreglar todo lo que hice, ¿cómo puedo hacerlo?, a lo que el hombre sabio respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde quiera que vayas".
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y en el cabo de un día las había soltado todas. Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado", a lo que el hombre sabio contestó: "esa era la parte fácil... ahora debes volver a llenar el saco con esas mismas plumas que soltaste, sal a la calle y búscalas".
El hombre se sintió muy triste pues sabía lo que eso significaba, y no pudo juntar casi ninguna.
Al volver el hombre sabio le dijo: "Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de reversar lo que hiciste".

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